Cajas de cartón


Cajas de cartón


Nota del autor

Los relatos contenidos en Cajas de cartón, al igual que otros relatos que yo he escrito, son semi-autobiográficos. Ellos están basados en experiencias de mi niñez, viviendo en una familia de trabajadores agrícolas migrantes. La inspiración para escribirlos procede de mis maestros y de la comunidad entre la cual se desarrolló mi infancia.

Cuando empecé mis estudios o no sabía ni una sola palabra d inglés; sólo podía hablar español. De hecho reprobé en el primer grado por no saber suficiente inglés. Nunca tuve confianza en inglés hasta que conocí al señor Lema, un maravilloso maestro de sexto grado a quién describo en el cuento que da título a la colección "Cajas de cartón".  

Cajas de cartón

Me inscribí en su clase después de haber perdido los primeros' dos meses de escuela porque tenía que ayudarle a mi familia a pizcar uvas y algodón. Me encontraba muy atrasado en mis estudios pero gracias al señor Lema, logré progresar. Durante la hora del almuerzo él me daba ayuda adicional.

Aunque yo no hablaba bien el inglés, y el señor Lema no hablaba español, nosotros nos las arreglábamos para comunicarnos mutuamente. El valoraba mi ascendencia cultural mexicana y mi lengua nativa mientras que me enseñaba el inglés. A veces aquello resultaba frustrante para ambos, pero él nunca perdía la paciencia conmigo. El jamás me hizo sentir inepto o inferior por motivo de mis escasos conocimientos del idioma inglés.

La señorita Bell, mi maestra de inglés en segundo año de la escuela secundaria, tuvo también mucha influencia. De ella aprendí a apreciar la literatura y los relatos testimoniales de experiencias personales. Aunque yo tenía dificultades para expresarme, disfrutaba escribiendo sobre mi niñez de campesino. En uno de mis ensayos, ella comentó que las experiencias sobre las que yo escribía eran muy emocionantes y que tenía talento para escribir. Ella me pidió que leyera entonces The Grapes of Wrath. Me costaba entender la, novel, pero no pude desprenderme de ella hasta que la terminé. Esa fue una de las primeras obras literarias con las cuales me pude identificar. Conforme avanza a en su lectura yo Iba apreciando más el valor y la fuerza del lenguaje para conmover las mentes y los corazones.

Después de graduarme de la escuela secundaria, Santa María High School, recibí varias becas para asistir a la Universidad de Santa Clara, donde descubrí que mis experiencias de campesino migrante eran tanto un obstáculo como una bendición. Eran un obstáculo en la medida que yo no contaba con las privilegiadas experiencias sociales, económicas y educativas de que gozaban mis condiscípulos. Sin embargo, ellas eran una bendición porque me servían como un recordatorio constante de lo afortunado que era porque estaba en la universidad. Esas experiencias me convencieron de que yo debía hacer lo que estuviera a mi alcance para avanzar en mis estudios y no darme por vencido. Yo comparo mi situación de entonces a la de un hombre que se está ahogando. Un hombre que se está ahogando utiliza el agua, la misma sustancia que amenaza su vida, para salvarse. Así mismo yo utilicé la pobreza y esas experiencias que al inicio me deprimían para levantarme la moral. Siempre que me sentía desanimado, escribía acerca de mi niñez.

Al graduarme de Santa Clara University, recibí una beca de postgrado de Columbia University en Nueva York, donde conocí a Andrés Iduarte, un profesor !y escritor mexicano que fue el director de mi tesis doctoral. Siguiendo sus consejos de publicar mi obra, reuní los apuntes que había tornado en el transcurso de los años y  escribí el cuento "Cajas de cartón", el cual fue publicado en una revista literaria en español que había en Nueva York. Traducido al inglés bajo el título de "The Circuit",
fue publicado en el Arizona Quarterly y recibió el Premio Anual del Arizona Quarterly para el mejor cuento.

En el curso de los años siguientes, continué con mis esfuerzos para escribir más cuentos, pero la enseñanza y las actividades administrativas me dejaban poco tiempo para mis escritos. Entonces solicité y me fue concedido un permiso sabático para 1995. Dediqué ese año entero a investigar y a escribir el libro Cajas de cartón.

Al escribir estos relatos, me apoyé fuertemente en mis recuerdos de la niñez, pero también hice una amplia investigación de fondo. Entrevisté a mi madre, a Roberto, mi hermano mayor, y a otros parientes. Examiné viejas fotografías y documentos de la familia, y escuché muchos corridos mexicanos que había oído durante mi infancia. También recorrí diversos lugares en el Valle de San Joaquín donde habíamos vivido en campamentos de trabajadores campesinos: Bakersfield, Fowler, Selma, Corcorán, Five Points. Visité los museos de esos poblados y leí los periódicos de aquella época. Lamentablemente, fue nula o escasa la información o documentación que encontré en esas fuentes sobre los trabajadores agrícolas. Me sentí defraudado, pera eso me convenció aún más de que debía escribir este libro. A medida que yo recopilaba más material, empecé a recordar otras experiencias que había olvidado con el paso del tiempo. Mirando retrospectivamente aquellos recuerdos infantiles desde el punto de vista de un adulto, hice una serie de descubrimientos acerca de mí mismo en relación con mi familia, mi comunidad y nuestra sociedad. Adquirí así una conciencia más profunda del propósito y el significado de mi tarea como educador y como escritor.

El mayor reto que yo enfrenté fue escribir sobre mis experiencias de la niñez desde el punto de vista del niño, y hacerlas accesibles tanto a los niños como a los adultos. Quería que los lectores oyeran la voz del niño, que vieran a través de sus ojos y sintieran a través de su corazón.

¿Por qué escribí estas historias? Las escribí para documentar parte de la historia de mi familia, pero, sobre todo, para expresar la experiencia de un sector más amplio de nuestra sociedad que ha sido frecuentemente ignorado. A través de lo que escribo yo aspiro a proporcionar a los lectores una visión de las vidas de los trabajadores agrícolas migrantes y de sus hijos, cuyo agotador trabajo de pizcar frutas y legumbres, permite abastecer nuestras mesas de alimentos. Su coraje y sus esfuerzos, sus anhelos y esperanzas de una vida mejor para sus hijos y para los hijos de sus hijos le prestan significado a la frase "el sueño americano". Su historia es la historia de los Estados Unidos de América.