La poesía de
Federico García Lorca
La obra poética de Lorca constituye una de las cimas de la poesía de la Generación del 27 y de toda la literatura española. La poesía lorquiana es el reflejo de un sentimiento trágico de la vida, y está vinculada a distintos autores, tradiciones y corrientes literarias. En esta poesía conviven la tradición popular y la culta. Aunque es difícil establecer épocas en la poética de Lorca, algunos críticos diferencian dos etapas: una de juventud y otra de plenitud.
Época de juventud
Aquí se incluyen sus primeros escritos: Impresiones y paisajes (1918, en prosa, aunque sin embargo muestra procedimientos característicos del lenguaje poético) y Libro de poemas (1921, escrito bajo el influjo de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez); en esta época García Lorca proyecta un amor sin esperanza, abocado a la tristeza.
La Diputación de Granada editó en 1986 una antología poética, seleccionada, presentada y anotada por Andrew A. Anderson. Esta antología aporta Suites (1920–1923) y Poemas en prosa (1927–1928). En Suites se encuentra «Cancioncilla del niño que no nació»y en Poemas en prosa «Degollación de los Inocentes». En estos escritos el poeta hace referencia al drama del aborto.
Época de plenitud
Comienza con el Poema del cante jondo (1921) que, mediante la unidad temática, formal, conceptual y la expresión de los sentimientos, debida en parte a su inspiración folclórica, describe la lírica neopopularista de la Generación del 27.
En Primeras canciones (1927) , y Canciones (1936) emplea las mismas formas: la canción y el romance. Los temas del tiempo y la muerte se enmarcan en el alba, la noche, la ciudad andaluza y los paisajes lunares.
La muerte y la incompatibilidad moral del mundo gitano con la sociedad burguesa son los dos grandes temas del Romancero gitano (1928). Destacan los procedimientos habituales de poesía de origen popular, y la influencia del compositor Manuel de Falla. No se trata de una obra folclórica; está basada en los tópicos con que se asocia lo gitano y andaluz. Lorca eleva al personaje gitano al rango de mito literario, como después hará también con el negro y el judío en Poeta en Nueva York (1930). En el Romancero gitano emplea el romance, en sus variantes de novelesco, lírico y dramático; su lenguaje es una fusión de lo popular y lo culto.
Lorca escribió Poeta en Nueva York a partir de su experiencia en EE. UU., donde vivió entre 1929 y 1930. Para Lorca la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles. Su visión de Nueva York es de pesadilla y desolación, propia de un mal sueño. Para expresar la angustia y el ansia de comunicación que lo embargan, emplea las imágenes visionarias del lenguaje surrealista. Su libertad expresiva es máxima, aunque junto al verso libre se advierte el uso del verso medido (octosílabo, endecasílabo y alejandrino).
El Diván del Tamarit (1940) es un libro de poemas de atmósfera o sabor oriental, inspirado en las colecciones de la antigua poesía arábigo-andaluz. El tema central es el del amor sujeto a experiencias frustrantes y amargas; su lenguaje está muy próximo al de Poeta en Nueva York.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1935) es una elegía de incontenible dolor y emoción que actúa de homenaje al torero sevillano que tanto apoyó a los poetas de la Generación del 27.
La obra poética de García Lorca se cierra con Seis poemas gallegos (1935) y la serie de once poemas amorosos titulada Sonetos del amor oscuro (1936). Lorca siempre ha contado con el respeto y admiración incondicional de los poetas de generaciones posteriores a la Guerra Civil. Considerado un poeta maldito, su influencia se ha dejado sentir entre los poetas españoles del malditismo. © eWe
Rafael Alberti, amigo de Lorca y poeta no menos universal, extrajo muchos de los poemas incluido aquí; la voz de Alberti, de manera simple, emocionada, entrañable, camina por los versos más fundamentales y conmovedores de Lorca. La grabación fue hecha en Buenos Aires poco después de la trágica muerte de Lorca.