El retablo de las
maravillas
Esto es uno de los ocho entremeses escritos por Miguel de Cervantes y Saavedra.
La historia es una versión de un cuento oriental anónimo que tuvo variadas realizaciones en occidente, desde uno de los cuentos de El conde Lucanor («De lo que contesció a un rey con los burladores que ficieron el paño») hasta El traje nuevo del Emperador de Hans Christian Andersen.
/font>En la versión de Cervantes unos pícaros (Chanfalla, el propietario del retablo, y su compañera Chirinos) entran en un pueblo con la idea de ofrecerles una función insólita.
En el retablo (teatro pequeño en el que los actores son marionetas) se verá una historia con la particularidad de que no puede ser vista por hijos bastardos o por gente de sangre no pura, es decir, por aquél que no fuese cristiano viejo y tuviese ascendencia mora o judía (tan de acuerdo con los estatutos de limpieza de sangre de la época).
El espectador, consciente de que están timando a los asistentes, incluyendo a las autoridades, se divierte por la crítica de costumbres que supone esta trama. Acaba el entremés con la llegada de un militar que exige al poder político municipal alojamiento para sus exhaustos soldados. Al no conocer el supuesto poder del retablo no le importa decir que no ve nada. Ante esto los timados comienzan a mofarse de él y, afrentado, se enfada, con el desenlace de entremés a palos.
Esta obra cervantina es un buen ejemplo del entremés del teatro español del Siglo de oro; pieza breve, de un sólo acto, dispuesta para ser representada entre acto y acto de una obra teatral, es de carácter jocoso y burlesco, con mucho movimiento y griterío de los personajes:
Chanfalla, el propietario del retablo
Chirinos, su compañera
Rabelín
Gobernador
Benito Repollo, alcalde
Teresa Repolla, labradora
Juan Castrado, regidor
Juana Castrada, labradora
Rabel
Pedro Capacho, escribano
Un Furrier de compañías
El Autor y La Autora
El Músico
Un Sobrino de Benito Repollo