El capitán Becerra vino a Sevilla a enseñar lo que habían de hacer los soldados,
y a esto y a la entrada del duque de Medina en Cádiz
hizo Cervantes este soneto
Vimos en julio otra semana santa,
atestada de ciertas cofradías
que los soldados llaman compañías,
de quien el vulgo, y no el inglés, se espanta;
hubo de plumas muchedumbre tanta
que en menos de catorce o quince días
volaron sus pigmeos y Golías,
y cayó su edificio por la planta.
Bramó el Becerro y púsolos en sarta;
tronó la tierra, escurecióse el cielo,
amenazando una total rüina;
y al cabo, en Cádiz, con mesura harta,
ido ya el conde, sin ningún recelo,
triunfando entró el gran duque de Medina.