Los funerales de la Mamá Grande


Los funerales de la Mamá Grande 

Colección de cuentos y una novela corta, por Gabriel García Márquez. La primera edición se publica en Xalapa, en 1962, por la Universidad Veracruzana, a propuesta de Álvaro Mutis, que dispuso del manuscrito y lo prestó a Elena Poniatowska, que lo perdió, aunque finalmente logró encontrarlo.

Está compuesto por

«La siesta del martes»
«Un día de estos»
«En este pueblo no hay ladrones»
«La prodigiosa tarde de Baltazar»
«La viuda de Montiel»
«Un día después del sábado»
«Rosas artificiales» y
«Los funerales de la Mamá Grande»

tapa

En Los funerales de la Mamá Grande se relata la historia mitológica de la todopoderosa matriarca del reino de Macondo durante su agonía y apoteósico funeral.
 
La estructura narrativa se basa en la fábula moralista de carácter cómico con el sarcasmo como recurso permanente:

...ahora que el Sumo Pontífice ha subido a los Cielos en cuerpo y alma, y que es imposible transitar en Macondo a causa de las botellas vacías, las colillas de los cigarros, los huesos roídos, las latas y trapos y excrementos que dejó la muchedumbre que vino al entierro...

Al ridiculizar con la exageración, con la deformación o la enumeración humorística, Gabriel García Márquez da un giro que descubre una nueva fórmula para atacar a los terratenientes y caciques sin gastar una gota de amargura ni utilizar la violencia del ataque directo. Es tan simple como distorsionar la realidad objetiva haciendo explosionar una situación completamente estrafalaria, mezcla de farsa mitológica y esperpento. El final del aparente despropósito histórico y social reconcilia al mundo con el sentido común, sirviendo el relato como «lección y escarmiento de las generaciones futuras».

La sátira dulce de la Mamá Grande encuentra referencias europeas e hispanoamericanas en técnicas y personajes, pero su naturaleza estrictamente colombiana le impiden aspirar a una proyección más universal que sí alcanzará García Márquez con otras obras.

La temática social está presente en el resto de los cuentos aunque sobresale un tono de amargura ausente en Los funerales de la Mamá Grande. El sol mayúsculo, las fatigas del malvivir y la recurrencia de la muerte como evidencia o amenaza muestran un panorama social más concreto. Tras la miseria siempre quedan rastros de honestidad enfrentados al espíritu práctico de la supervivencia. La dignidad, la conciencia moral, incluso derrotadas por el espíritu egoísta, están presentes como base o justificación, y sobre todo, para dejar un hueco a la esperanza dentro de una visión tremendamente pesimista de la existencia humana. © cVc

—Las desgracias son como un caracol. ¿Tú crees en los milagros?
—A veces —dijo Dámaso.

Personajes que figuran en el mundo a la vez mágico y real de la imaginaria aldea de Macondo, que ya fue escenario de La hojarasca y lo será de nuevo de la obra maestra de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad: